Ambos mataderos obtenían buena parte de sus ingresos durante el período de fiestas musulmanas, ya que los animales, principalmente corderos, eran matados por el rito halal.
Careciendo de los permisos legales pertinentes para desarrollar tal actividad, e incluso sin tener uno de ellos la simple licencia de explotación ganadera, en estos lugares los clientes elegían a los animales con vida y ordenaban allí mismo su matanza.
Fuente:
Ya sea en un matadero legal o en uno clandestino, el dramático final que allí espera a los animales es exactamente el mismo.
Del mismo modo que los clientes de estos mataderos elegían a sus víctimas, nosotros podemos elegir salvarlas. Cada día, con cada una de las pequeñas decisiones que tomamos, podemos ayudar a los animales: cuando decidimos qué comemos, qué ropa usamos, cómo nos divertimos.
Podemos vivir sin tener que utilizar a otros para cubrir nuestras necesidades. Podemos dar un paso pequeño que, para los animales, supondrá la diferencia entre la vida y la muerte, entre la libertad y la opresión.
Visita: www.ViveVegano.org e infórmate sobre cómo hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario