
La seguridad sigue siendo el tema
preferido de l@s defensor@s del orden estatal y capitalista, los
territorios llenos de policías, cámaras... y las poblaciones perdiendo
hasta el último sentido de la vida, sustituido por el consumo frenético
para “ser algo”…
Mientras tanto, una fuerte
conflictividad, a veces visible, otras subterránea, continúa
desarrollándose como esas raíces de un árbol que no pueden ser
detenidas. Algunas veces, el conflicto adquiere una conciencia clara del
porqué, con personas que entran en lucha por generar un cambio radical
contra enemigos concretos, reconocibles, claramente nocivos y atacables.
Otras veces, simplemente la revuelta de lo vivo explota contra un mundo
cada vez más represivo.
Los estados y sus empresas, amén de los
cuerpos de seguridad, cada vez más preparados, intentan apagar el fuego
de la revuelta con un sinfín de espectáculos, mercantilizando hasta el
último recodo de la vida y la naturaleza. Pero toda la realidad no puede
ser cosificada y puesta en un supermercado. Un capitalismo verde
intenta recuperar las luchas encauzándolas para intentar
institucionalizar la fiereza o arrimarlas a diferentes populismos por
conveniencias politiqueras.
Mientras nuestros territorios continúan
siendo devastados por los negocios, el mundo capitalista sufre una nueva
reestructuración que no acabará bien, como siempre, para los oprimidos y
el planeta. También la resistencia en los territorios ha sufrido
cambios en los últimos años.
Varias experiencias han comenzado a
transmitirse, varias coordinaciones han abandonando los nacionalismos,
las estructuras autoritarias y la negociación con los defensores del
orden, y se han hecho fuertes plantando cara al poder.
La autoorganización de las luchas, lejos
del cálculo político, y comprendiendo que la lucha por la naturaleza, la
lucha por la vida, es necesariamente una lucha contra el capitalismo y
su sustento, se abren paso.
La idea de las clases dirigentes
(empresari@s, financier@s, polític@s...) sigue siendo profundizar la
explotación de la tierra y de la vida sobre el planeta; la nuestra, superar
la resistencia para que las personas y las comunidades, a través de la
acción directa, creen nuevas formas de convivencia y libertad apenas
soñadas…
Por eso, entre el 5 de Junio y el 5 de
Julio vuelve a surgir el “Mes por la Tierra y contra el Capital”, el
llamamiento es a desarrollar todo tipo de actividades, todo tipo de
acciones. Para enviar panfletos de actividades o cualquier otro tipo de
información escriban a: porlatierraycontraelcapital@riseup.net
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