La condena se recoge en una sentencia de conformidad entre las partes (la perra muerta es una parte? ¿Qué partes mongol@ "periodista"? ¿El/la burgués fiscal es una "parte"?), a la que ha tenido acceso Efe, dictada después de que el acusado reconociera ser autor del delito de maltrato animal que se le imputaba, y le impone además una inhabilitación especial para el derecho a la tenencia de animales por un año y 6 meses, tras lo cual podrá desahogar sus frustraciones, su mierda de vida, en otro pobre animal de forma legal.
La sentencia considera probado que F.J., en el mes de agosto de 2008, recogió en la calle una perra sin dueño y la llevó a su casa, donde la sometió a malos tratos y a palizas que le eran reprochadas por varias vecinas a las que les decía que "era suya y hacía lo que quería con ella".
Un día incluso metió la perra en una bolsa y la tiró a un contenedor de basura. La inteligéntisima e intelecutal policía local, triunfando en esta vida una vez más, se la devolvieron, avisada por una vecina. Ahí tenéis el resultado, una nueva vida desaparecida.
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