El 16 de julio de 2012 por la noche, un grupo de activistas visitaron
la granja industrial Dalshults Djurfarm, en las afueras de la comuna de
Örkelljunga, al sur de Suecia. Lxs activistas entraron por una puerta
que se habían dejado abierta y liberaron a 180 gallinas que habían sido
explotadas por la industria de huevos durante toda su vida. Dicha acción
no afectará a la industria de modo significante, ni obligará a la
granja a cerrar, pero para 180 individualidades salvadas significa una
vida libre de opresión.
Por lxs que se quedaron atrás,
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