Los datos del último informe sobre contaminación atmosférica al que hemos tenido acceso de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son impactantes. Más de dos millones de personas mueren cada año en todo el mundo de forma prematura como consecuencia de respirar PM10, partículas de menos de diez micrómetros que pueden penetrar en los pulmones y llegar a la corriente sanguínea, y que causan enfermedades cardiovasculares, cáncer de pulmón, asma y afecciones respiratorias agudas. La mortalidad atribuida a la contaminación atmosférica ha aumentado casi un 50% desde el año 2008, y supera la cifra de muertes por VIH y SIDA.
Las recomendaciones de la OMS son claras: para garantizar la salud humana, no se deben sobrepasar los 20 microgramos por metro cúbico (µg/m3) de PM10, de media anual, pero los datos recogidos en 1.100 ciudades de 91 países (el estudio más exhaustivo hecho hasta ahora) muestran que se superan con creces en muchos lugares de América Central y del Sur, Asia, África y Europa. Sobre todo, claro, allí donde no hay limitaciones ni regulaciones a la hora de expulsar humos a la atmósfera. Pero también porque muchas de las normativas que sí que existen ahora mismo son más permisivas de lo que recomienda la "autoridad internacional" en temas de salud. La unión europea, por ejemplo, ha marcado el límite en 40 µg, el doble del que indica la OMS.
Las ciudades con el aire más sucio del mundo se encuentran en Irán, Mongolia, Pakistán o la India, y en algunos casos llegan a superar los 300 µg. Por el contrario, la mayoría de áreas urbanas de Canadá y los Estados Unidos tienen el aire con menos PM10. Y en Europa, dependiendo de los países. Alemania, Francia o el Reino Unido se ajustan bastante a las recomendaciones de la OMS, pero diversas ciudades italianas y griegas superan los 40 µg y algunas poblaciones de Polonia y Bulgaria están por encima de los 60 µg. La mayoría de las ciudades españolas que se han incluido en el estudio se encuentran entre 20 µg y 30 µg, con la excepción de Granada, Sevilla o Zaragoza, que superan los 40 µg.
La fuente principal de PM10 en las áreas urbanas son los humos de los motores de combustión de los coches. La producción de energía y la quema de carbón y biomasa son los otros factores importantes, y también los humos provenientes de la industria, sobre todo en países menos desarrollados, en muchos de los cuales no se aplican ni filtros ni restricciones a la hora de liberar gases contaminantes.
Desde la Organización Mundialde la Salud advierten que es fundamental mejorar la situación, no sólo para rebajar la cifra de muertes prematuras, sino para conseguir beneficios en la salud del conjunto de la población de todas las edades. Hacen falta acciones de control, desde acuerdos y normativas internacionales a acciones locales. Las opciones pueden ser diversas según cada lugar, en función de las fuentes de contaminación que predominan. Por lo que se refiere al tránsito, por ejemplo, desde aumentar el transporte público y fomentar los trayectos en bici a adoptar medidas más radicales. Desde esta web, apostamos por las medidas clásicas: formación, lectura... acción directa, boicot y sabotaje. La terrorista democracia capitalista no entiende otro lenguaje; las dictaduras comunistas no entienden otro lenguaje. Lo de siempre: leer y luchar, hasta vencer. O morir tod@s asfixiad@s.
Lo que es evidente es que el tema ya no se puede obviar. Los efectos sobre nuestra salud, sobre la de l@s niñ@s y sobre la de l@s que vendrán, sobre los animales, sobre la tierra... son cada vez más claros. Hemos identificado las causas y sabemos las consecuencias. Es la hora de actuar. Adelante.
Fuente: http://www.fundrogertorne.org/salud-infancia-medio-ambiente/divulga/inspira-nuevo/2011/10/20/mas-de-dos-millones-de-personas-mueren-cada-ano-por-la-contaminacion-atmosferica/
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