sábado, 27 de mayo de 2017

El "Instituto de salud pública" vendió más de 235.000 animales para experimentación.



Más de 235 mil animales pres@s de laboratorio vendió el "instituto de salud pública" chileno (ISP) en 2016, tanto a universidades como a organismos privados. Por este concepto, el ISP recaudó $ 384.595.658, según la ley de transparencia chilena.
Los pobres animales en venta provienen del centro productor de "Animales de laboratorio" (CPAL), que funciona desde 1974. Ratones, cobayas y conejos son las especies esclavas para la venta, pero con restricciones, según detalla el ISP: “Las personas que adquieren animales deben pertenecer a una casa de estudios superior, laboratorio o empresa que demuestre un uso justificado de los animales, idealmente proyectos de investigación que han sido aprobados por comités de bioética”.
Sus precios van desde $ 105 a los $ 17.000 y se ajustan según el indice de precios al Consumidor (IPC). Si en 2015 la entidad estatal vendió 155.246 animales, en 2016 esta cifra llegó a 235.510, es decir, registró un incremento de 52%.

En tanto, la identidad de quienes realizaron estas compras es desconocida, pues la mayoría prefiere recurrir al anonimato y ampararse en el artículo 21 de la ley sobre acceso a la información pública.

Sobre el uso de estos especímenes, en el sitio web del CPAL aseguran que los animales esclavos "producidos" son “requeridos por la institución para fines de controles, vigilancia y diagnóstico”.

La industria cosmética es una de las que participan en este tipo de compras, con la cínica excusa de probar si sus productos son o no dañinos para los humanos.
Sobre esta práctica, David Gómez, de la ONG No Más Vivisección, dijo que “estas pruebas son para verificar la toxicidad de productos, por lo que se somete a los animales a compuestos que les producen irritación en sus ojos o piel. En otras pruebas, se les da a ingerir el compuesto para revisar sus efectos o la dosis letal mínima. Estos test son sumamente invasivos y dolorosos, implican heridas, laceraciones y dolores intensos”, aseguró Gómez.

Para la abogada Carolina Leiva, magíster en Derecho Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona, el uso de animales para calificar los productos es injustificado, pues “tenemos la certeza a nivel internacional de que no es necesario testearlos en animales. Para esta industria existen otros métodos de reemplazo y que son más correctas en su predictividad de daños para el ser humano”.

En tanto, Camila Cortínez, directora de Te Protejo, ONG que promueve el uso de maquillaje no testeado en animales, afirma que “existen muchos métodos de reemplazo, en aplicación, en proceso de validación y otros en desarrollo. Actualmente se están utilizando pruebas in vitro, cultivos celulares, bacterias, hongos, estudios epidemiológicos, ensayos clínicos, tecnología de imágenes, modelos informáticos, autopsias o recopilación de información ya conocida”.

No obstante, en el ISP manipulan diciendo que estas prácticas también “permiten proponer modelos de toxicidad y evaluar efectos secundarios de medicamentos, tóxicos ambientales, vacunas. Por tanto, son un medio efectivo para la vigilancia de numerosas enfermedades”.

A principios de 2016 ingresó un proyecto de ley que busca prohibir la experimentación e importación de productos cosméticos que fueron probados en animales. Para esto, el proyecto busca una modificación en el Código Sanitario, específicamente en el acápite de experimentación con animales.

Karla Rubilar, diputada "independiente", aseguró que estas acciones “no tienen sentido. Por eso hace tanto tiempo la Unión Europea y países desarrollados, como Canadá, las prohibieron. Es hora de que Chile se ponga a tono con esta materia. Estamos muy atrasados”, señaló.

Entre tod@s esta acabar con estas masacres, que pasan en tantas instituciones estatales en el mundo, no solo en $hile.

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