Apelamos por la desintoxicadora negación de la educación. La reapropiación del conjunto de nuestras vidas, comienza con el férreo deseo incendiario del "saber", tal como lo conocemos en la actualidad, aquel que responde a la cultura dominante, la que sirve al correcto funcionamiento de la danza macabra del sistema alienante, en la práctica o en el ámbito espiritual. No buscamos un mejor sistema educativo, deseamos su necesaria devastación. No queremos ninguna reformulación de la cultura dominante de la educación, como tampoco de la ideología que la sujeta a la muchedumbre.
Es 
por esto que consideramos un engaño cualquier tipo de educación, dentro de 
esta se encuentra la libertaria porque ésta junto con el resto de modelos 
educativos que exigen al sistema una liberalización de la enseñanza como 
alternativa a la "común", no sólo legitima la autoridad del sistema en sí mismo, 
sino que también colaboran a que éste permanezca intacto, como todas las 
relaciones, sujeciones, valores o moralidad que éste ha construido a la par que 
ha mantenido.
Encontramos estúpidas retóricas en los libros de cada uno 
de los estudiantes de la tierra. En definitiva, calumnias de quien desea crear mentes dóciles que se dejen 
someter por las abstracciones, confeccionadas en 
la mente del "Hombre Moderno", las que sólo 
tienen cabida en éste, puede ser a las ideas de 
"Estado u Orden Constitucional de la Nación" con el liberalismo democrático, 
o las ideas o conceptos fantasmagóricos de 
carácter religioso como lo es la "Revolución" 
sujeta la sociedad de masas, la construcción de la "perfecta utopía libertaria" 
que responde a un modelo de organización social, económico y político vilmente 
aliado a la perfección irrefutable, por la cual, 
el individuo se desposee de su causa única para abrazar la causa colectiva 
libertaria, por ende a la futura ideología 
dominante ácrata. Aquí es cuando hablamos de 
coacción e imposición por parte del todo, a la 
par que se juega con la miseria de la dominación, con la herencia maldita de nosotros, los hijos bastardos de la 
modernidad, esto se debe a que no se destruye el 
concepto de educación, permanece intacto, respondiendo siempre a los viejos 
ídolos, valores, conceptos, moralidad de la antigüedad decadente, fieles 
discípulos de ésta, aún sin saberlo. 
No 
creemos en las perfectas sociedades libertarias o en la construcción de 
"espacios liberados" dentro de lo actualmente vigente, como podría serlo 
una Escuela Libertaria, es absurda esa incesante necesidad de construir 
alternativas que buscan esa fuga imposible de las raíces del poder, debido a que 
mientras éste exista, todo servirá como fiel discípulo de sus raíces 
asentadas en todos los aspectos de la vida moderna. Es por esto que 
apostamos por una actitud rebelde autodidacta, porque nuestra búsqueda no se 
limita a ninguna futura mejora de la enseñanza o una acratización de la misma: 
buscamos maneras de fugarnos del presente con su respectiva 
negación.
No 
creemos en la enseñanza obligatoria ni en los saberes básicos: nosotros 
buscamos un saber indefinible, imprevisible e ilimitado, desde la experiencia 
vivida de la búsqueda, desde la experimentación, el deseo o el juego. Un 
saber rebelde que no será controlado por ninguna regla básica o programa, sino 
que constituirá la causa estrictamente individual de cada uno de nosotros, 
una causa de búsqueda tanto espiritual como del saber 
práctico.
Es 
el auto-aprendizaje algo fundamental para la vida, esto se debe a que seguiremos 
las huellas de lo que nos interesa, ampliaremos nuestros horizontes: romperemos 
con nuestros límites. Un aprendizaje sólo para nuestro propio 
placer.
Es 
necesario romper con los moldes del saber educativo y de la especialización, 
vigentes todavía en el concepto de enseñanza o pedagogía libertaria, debido a que éstos responden a objetivos estrictamente 
ajenos a los individuales: responden al fantasma del poder y la autoridad, 
como también es fundamental el asesinato de ese 
sujeto psicológicamente normal: el adulto, sin 
embargo, dejar de ser adulto no significa una cuestión etaria ni muchísimo menos 
una retórica romántica pro-niños, supone 
el lanzamiento al devenir fugitivo de los niños huérfanos desnormalizados, la 
disidencia que no se doblegó frente a la vara educativa del poder o la policía 
pedagógica de la hegemónica libertaria. 
Fuente: http://exnihilodistribuidora.
 


 
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