Unos somos deseperados que bajamos la cabeza o no, eso depende de cada individuo, podemos “apostar” a construir una sociedad no sólo nueva, sino diferente en cuanto a ética se refiere, podemos irnos a vivir de tal o cual forma al campo, al monte, okupar o crear espacios paralelos a lo que nos ofrece y deja a mano el sistema, pero bueno, no es el meollo de estas letras a lo que pretendo apuntar.
Es el propio sistema el que niega a través de su tecnología el disfrutar nuestra vida de una forma natural, capitalismo mediante claro está, ya que son dos caras o dos piezas del sistema que se nutre a sí mismo para poder explotarte más y mejor, dejando por unos lados a la población superflua que se maneje como pueda, con “trabajos precarios”, de economía sumergida, chatarreando, etc, etc, donde la supervivencia del más apto parece ser el leit motiv de la cuestión.
Pero otra cara de este sistema elucubrado y aceitado diariamente tiene a la “mejora” de la explotación animal, un motor de la economía capitalista (habría que analizar que hay otras formas económicas que por más que no tengan a la tecnología como algo importante también serían especistas…), donde cada vez los aparatos ideológicos como la educación, la ciencia (asesina), la familia, van sustentando y legitimando dicho autoritarismo, donde los poderosos son cada vez más poderosos (pero en menor cantidad), los pobres cada vez más pobres (somos cada vez más también), y los animales son cada vez (en términos económico-especistas) mejor explotados, de ahí que cada vez leemos noticias acerca de la “producción de leche”, atunes, salmones, pollos, etc, etc, todo animal que pueda ser explotable lo va a ser, y se le va a poder hacinar, enjaular, explotar, el poder especista y sus lobbys lo van a hacer, potenciando también la ignorancia en las personas en cuanto a la falsa necesidad creada acerca de consumir animales para tener una “alimentación equilibrada” dicha por los señores nutricionistas, inculcando en el seno familiar, la escuela, el grupo de pares todos esos valores sacados de una película gore y bien sangrienta.
Es el propio sistema el que niega a través de su tecnología el disfrutar nuestra vida de una forma natural, capitalismo mediante claro está, ya que son dos caras o dos piezas del sistema que se nutre a sí mismo para poder explotarte más y mejor, dejando por unos lados a la población superflua que se maneje como pueda, con “trabajos precarios”, de economía sumergida, chatarreando, etc, etc, donde la supervivencia del más apto parece ser el leit motiv de la cuestión.
Pero otra cara de este sistema elucubrado y aceitado diariamente tiene a la “mejora” de la explotación animal, un motor de la economía capitalista (habría que analizar que hay otras formas económicas que por más que no tengan a la tecnología como algo importante también serían especistas…), donde cada vez los aparatos ideológicos como la educación, la ciencia (asesina), la familia, van sustentando y legitimando dicho autoritarismo, donde los poderosos son cada vez más poderosos (pero en menor cantidad), los pobres cada vez más pobres (somos cada vez más también), y los animales son cada vez (en términos económico-especistas) mejor explotados, de ahí que cada vez leemos noticias acerca de la “producción de leche”, atunes, salmones, pollos, etc, etc, todo animal que pueda ser explotable lo va a ser, y se le va a poder hacinar, enjaular, explotar, el poder especista y sus lobbys lo van a hacer, potenciando también la ignorancia en las personas en cuanto a la falsa necesidad creada acerca de consumir animales para tener una “alimentación equilibrada” dicha por los señores nutricionistas, inculcando en el seno familiar, la escuela, el grupo de pares todos esos valores sacados de una película gore y bien sangrienta.
La vida sigue, para una especie algo más fácil en tanto nos “podemos expresar, protestar, luchar” (con algo de ironía porque el gran hermano se sigue tecnificando y vigilando más), pero el resto de las especies no tienen esa “suerte” de organizarse para luchar...
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